“Estrategias de comercialización para una innovadora tecnología de producción de un aceite rico en DHA para su uso por la industria”, proyecto liderado por Carolina Escobar, alumna del Magíster en Ciencias de la Ingeniería mención Ingeniería Bioquímica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y César Ruminot, alumno del Doctorado en Biotecnología de las universidades Católica de Valparaíso y Santa María, es uno de los 20 seleccionados por la CORFO para su cofinanciamiento en el marco de la convocatoria “Go to Market 2.0”, el que permitirá al equipo investigador acceder a capacitación de alto nivel.
“Estamos desarrollando el producto a partir de nuestro trabajo en ciencia aplicada. Sabemos hacer eso, pero luego viene su comercialización, por lo que haber sido favorecido en esta convocatoria será de mucha ayuda. Vamos a aprender cómo traspasar una tecnología al mercado, cómo formular un modelo de negocios, entre otras cosas”, explica Carolina Escobar.
La estudiante de postgrado, quien además se desempeña como investigadora asociada del Laboratorio de Genética e Inmunología Molecular de la PUCV, cuenta que la capacitación será efectuada los días 21 y 22 de enero en Santiago y que estará a cargo de SRI, empresa internacional especialista en la asesoría de investigación y desarrollo.
Los encargados de los 20 proyectos que participarán en la capacitación, deberán luego presentar sus propuestas el 31 de enero ante un panel de expertos. Cinco iniciativas serán seleccionadas para que sus responsables efectúen una estadía de un mes en Silicon Valley, Estados Unidos.
En la postulación del proyecto colaboró la Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados, a través de su Dirección de Innovación y Emprendimiento. Asimismo, la PUCV aporta 8 millones de pesos como contraparte, de acuerdo a lo que exige la convocatoria “Go to Market 2.0”.
Aporte nutritivo de microalga
Este proyecto apunta a traspasar al mercado el aceite rico en ácido docosahexaenoico (DHA) que Carolina Escobar y César Ruminot están desarrollando a partir de la microalga heterotrófica Crypthecodinium cohnii(heterotrófica porque no necesita hacer fotosíntesis para crecer).
“Es un aceite con presencia de betacaroteno y harina vegetal con contenido proteico de alto valor”, explica Carolina Escobar, quien agrega que la microalga Crypthecodinium cohnii, que ya es explotada comercialmente, podría producir hasta un 50% de lípidos respecto de su peso seco. “Estos lípidos contienen DHA, un ácido graso esencial poliinsaturado de la serie Omega-3 y que es vital para el desarrollo y el mantenimiento óptimo de la salud. Nosotros apuntamos a optimizar la producción de Omega-3 y de betacaroteno”, detalla la investigadora.
Ella y César Ruminot han realizado pruebas en una planta piloto para validar estrategias de cultivo generadas a nivel de laboratorio, con el objeto de lograr altas productividades de DHA.
“La oportunidad que representa el producto que esperamos obtener, está dada por las características del perfil de ácidos grasos presentado, que es mucho menos complejo que el aceite de pescado (obtención convencional de DHA) y otros microorganismos marinos, lo que permite abarcar nichos de mercado (edad gestacional, prematuros y lactantes) en los cuales habría competencia respecto de la negativa repercusión que tendría el uso de aceite de pescado sobre la salud en uno de estos grupos etarios”, complementan los responsables del proyecto, quienes emplean sus respectivas tesis para llevarlo a cabo.
“El aceite que estamos desarrollando se podría vender como tal a empresas que producen alimentos. La idea es que sirva de aditivo”, cuenta Carolina Escobar, quien finaliza: “estamos trabajando una tecnología innovadora toda vez que el proceso productivo que hemos implementado es distinto a lo que se ha venido haciendo”.
Fuente: www.mundoacuicola.cl
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